XVI VUELTA AÉREA A LA PROVINCIA DE TARRAGONA
 
 
     
 

Beeeeeeeeeep, beeeeeeep, beeeeeeeep,....

- ¡Joooorge, el móvil...! ¿qué no lo oyes?

- Voy, voy... - me lanzo en plancha...

- ¿Sí? Ah, hola Joan, ¿qué tal? Yo bien.... ¿qué? ¿mañana es el rally? Ah...., pero yo no he participado todavía en ninguno... ¿ya sabes con quien te la juegas?... vale, vale, lo importante es ir y pasarlo bien , de acuerdo... Hasta mañana a las 9:30, ok. ¡Inmaaa, mañana por la mañana estaré volando el rally del aeroclub, Joan quiere participar y no tiene compañero...!

Y así empezó todo, un viernes por la noche como cualquier otro. En un tiempo récord había concertado un vuelo y además con una excusa perfecta para mi mujer. A un compañero piloto jamás se le deja tirado. Ella lo comprendería.

La cosa se ponía interesante. Sábado, 9:30 horas, Real Aeroclub de Reus. Más coches de lo habitual en el parking, más movimiento en los hangares... se cuece la XVI Vuelta Aérea a la provincia de Tarragona. Saludo a amigos y conocidos y después de inscribirnos, Joan, mi compañero y excelente piloto, me lleva aparte y me explica rápidamente los detalles del berenjenal en el que nos hemos metido. Él ya ha participado en varios rallyes y se conoce bien el percal.

Yo voy a ser el copiloto navegante. Básicamente se trata de hacer un recorrido por toda la provincia que es secreto y nos será revelado en el briefing, pasando por unos puntos obligatorios (los checkpoint o CP) e identificando una serie de fotos que se nos entregarán. Algunas de ellas (las de los checkpoint), pueden ser falsas y debemos descubrirlas. Otras, entre puntos obligatorios, debemos marcarlas en el mapa y referenciarlas a los CP. Todo el recorrido se debe volar hasta el último CP en un tiempo marcado que se debe cumplir al segundo.

Este tiempo dependerá de la velocidad media que llevemos y que debe ser comunicada a la organización antes de salir. Con ella nos darán el tiempo que debemos emplear, ni más ni menos, porque se penaliza tanto por llegar antes como después. Y para postre una toma de precisión. Pues vale.

- ¿Y acabaremos antes de la hora de comer?, es que he quedado con mi mujer que por éstas que vuelvo antes de las tres...

- Si...si yo tampoco me quedo a comer ni a la entrega de premios, total...¿para qué?

Ok, arreglado. Será un asunto limpio y rápido, volaremos una hora, nos quitaremos el mono y perderemos dignamente. Total, volamos un RV-6, ala baja y patín de cola, el avión que nunca debes usar en un rally según todos los manuales. Tiene poca visibilidad hacia abajo, es muy rápido (Lycoming 180 HP) y para la toma de precisión el patín de cola es como una patada en la entrepierna.

El RV-6 participante, motorizado con Lycoming O-360 180 HP

Durante la inscripción hemos dado una velocidad media de 200 Km/h, la más baja que se puede dar con un RV-6. Mejor que nos sobre tiempo que no que nos falte. Y que no nos pase nada. El briefing a las 11:00, muy curioso. Todos en un aula, como en el insti, con nuestro instructor Alex explicándonos muy bien la misión y la gente preguntando y soltando chistes más o menos graciosos. Algunos muy profesionales, como habiendo hecho mil rallies. Y yo, callado. ¿Para qué hablar?. Yo vengo a hacer bulto y a volar, que es lo que me gusta. Saldremos once aviones, por orden de velocidad. Los más rápidos primero, para que no haya adelantamientos peligrosos. Por supuesto nosotros encabezamos la lista. Nuestro avión y el de mi querido amigo Alfonso (otro RV-6), cantan como un oso pardo en el Polo Norte entre tanta Cessna, Piper o Katana, pero qué queréis, no tenemos otro... Participan pilotos del Aeroclub de Reus, del Aeroclub de Lleida y del CESDA, la escuela de pilotos comerciales que tenemos en Reus. La fiesta puntúa para el campeonato de Cataluña de rallies. Pues vale.. ¿nos vamos a volar? Es que he quedado para comer...

Se nos entrega la lista de puntos obligatorios y se nos da media hora para hacer el routing sobre el mapa. También se incluyen las fotos de los CP , las fotos intermedias que debemos ubicar, y un croquis de la pista para la toma de precisión. Un diez a la organización, sí señor, parecemos pilotos de verdad con tanta documentación. Un desperdicio, en mi caso, pero la cojo y hago como que la entiendo. Nos apalancamos en una mesa de la cafetería del aeroclub y empezamos a trabajar con el plotter y el mapa. No se nos da mal, creemos, y marcamos la ruta con rotulador amarillo en el mapa 1:250.000 que hemos comprado en el aeroclub. Mientras yo formalizaba la inscripción, Joan ha repostado el avión. Un prodigio de sincronización, nosotros. Así que antes de las 12:00 estamos listos.

Andamos hacia nuestro querido RV-6, gorra, gafas y cara de póker. Que no se note que soy un aficionado. Buena suerte, buen vuelo, qué avión más cañero, nos vemos al bajar....¡Vamos a volar, cojones!. Nos acomodamos en la cabina entre tanto papel y echamos de menos la oficina de un DC-3, por lo menos, para poner orden con tanto mapa, foto, hoja de ruta, etc.. ¿tendremos espacio para pilotar, aunque sea un poquito?... Algunos motores rugen... ¡arranca Joan, que somos los primeros!. Arrancamos, el Lycoming suena redondo y pedimos autorización para rodar. ¡Empieza la fiesta!. Hace un día espléndido, con poco viento y prácticamente despejado en las comarcas de Tarragona. Pedimos permiso y rodamos a punto de espera de la pista 25 de Reus. Hacemos las comprobaciones de rigor, y una vez listos, Reus Torre nos autoriza a entrar en pista y despegar. Allí nos espera el juez con la mano levantada. Cuando nos dan la salida, ponemos en marcha los cronos y con gases a tope rodamos a toda castaña. A Joan no le gusta levantar demasiado la cola para despegar, así que enseguida la mantiene a un palmo de la pista hasta que alcanzamos la velocidad idónea y el avión se va al aire despegando del suelo sin tocar la palanca... este Joan es un purista de narices, qué gozada volar con él.

Bien, estamos en el ajo. Hasta el primer CP no hay fotos que localizar, con lo cual nos organizamos y ordenamos papeles. Joan pilotará y yo manejaré las fotos y rellenaré la hoja de ruta, además de utilizar cuatro ojos para localizar los puntos significativos. Salimos de la 25 y volamos rumbo sur al punto Sierra del CTR de Reus, Hospitalet de l'Infant. Línea de costa, Salou, Cambrils, Montroig... un buen día y un paisaje muy conocido por nosotros... hemos nacido como pilotos sobrevolando esta zona. Y llegamos a CP1, Hospitalet, que conocemos bien. Identificamos el punto exacto y vemos que la foto es falsa. Ok, nuestra confianza crece cuando vemos que además vamos sobre el horario previsto.

De momento como relojes, aunque éste era fácil. Ahora viene lo bonito, porque tengo 6 fotos que identificar en la primera parte del trayecto y pueden estar en cualquier lado y en cualquier orden.. ¿qué hacer? Me guío por el estilo de paisaje que presentan: hay campos de cultivo, balsas de agua, una torre coronada por un depósito (esta debe ser fácil, pienso, pardillo de mí), un paisaje llano, ... cuando atravesamos una zona con un estilo acentuado busco las fotos que más se puedan ajustar y me vuelvo loco mirando por todos lados. Volamos a 2000 ft y en plan tranqui, con el motor a 2300 rpm y pendientes de los cronos.

Creo ver la primera foto camino del Delta del Ebro, pero hemos pasado tan rápido que no estoy seguro. Esto va a ser más difícil de lo que pensaba. De todas formas, me fío de mi intuición y anoto la posición en el mapa. Así llegamos a CP2, confirmamos que la foto es correcta y viramos otra vez hacia el sur. CP3 es un faro conocido del Delta, el Far del Fangar. Es precioso, está en medio de una playa de enorme extensión y ciertamente la foto la marcamos como auténtica. Para ir a CP4 sobrevolamos el Delta y recuerdo que tenemos una foto con el paisaje típico. Esta no la fallaremos, tiene que ser fácil... pues por mucho que giro mi cabeza y saco los ojos de mis órbitas no alcanzo a identificar la franja de tierra que muestra la foto. ¡Si es que soy malo! ¿Qué coño hago yo aquí?. Joan, muy metódico, controla tiempos parciales entre tramos para comprobar cómo vamos de crono. Volamos variando la altitud en función de las montañas, nunca pasamos de los 4500 ft. Vamos ajustando la velocidad según los cronómetros y la Vuelta nos lleva a cruzar el Ebro para luego virar al norte, subir hasta la Sierra de Cavalls y después virar al nordeste y bordear la Sierra del Montsant. El punto final de la cronometrada es el campo de ULM de Vallmoll, donde nos espera un juez para parar el cronómetro. Luego, rumbo a la pista y la toma final. Oímos por la radio a los demás participantes y el controlador de Reus se mosquea porque un avión del rally va metiendo portadora en la frecuencia... no me extraña.

El RV-6 en acción

Con la de bártulos que llevamos es fácil dejar apretado el botón de Tx con el piernógrafo o con la oreja... Vamos pasando los CP y los vamos encontrando, o eso creemos. Para mi sorpresa voy identificando fotos intermedias, a veces de manera curiosa, como cuando volando sobre la Serra del Cardó me doy cuenta que tengo una foto de algo parecido a... ¡un cementerio!. Bueno, tiene planta cuadrada y edificios con puertecitas, como nichos, y no falla, busco el de El Pinell de Brai cuando sobrevolamos el pueblo y resulta que es clavado... ¡qué pillines!. Después de CP7 el mareo empieza a hacer estragos en mi cuerpo.

Parece una tontería, pero nunca he soportado leer en un coche en marcha, me mareo, y ahora tengo la misma sensación. Tanto mirar mapas, fotos, anotar, y con las maniobras para ver mejor los puntos, empiezo a pillar un medio globo. ¡Menos mal que no hace mucho viento!. Joan me pasa los mandos y así me despejo. Bonito día para volar, sí señor, ¡pero sin tanto agobio...!

Después de CP9, en las Muntanyes de Prades, avistamos Valls y algo a la derecha el campo de Vallmoll, nuestro fin de crono. Joan ha controlado muy bien el tiempo y tenemos 30 segundos de reserva, lo que nos permite quedarnos sobre Valls un instante, informando de ello a Reus Torre. Estamos relajados y yo con el cuerpo más reposado. Tanto que en último momento nos distraemos un poco y cuando queremos darnos cuenta tenemos que dar gas a tope para hacer la pasada en tiempo.

Finalmente nos retrasamos 15 segundos. Una lástima, porque teníamos tiempo para afinar mucho más, pero yo estoy satisfecho, para ser mi primer rally no nos hemos perdido, hemos creído identificar 6 fotos de 12 y hemos sobrevolado todos los CP. Después de Vallmoll, nos dirigimos aterrizar en la 25. Miramos el croquis: hay que tocar en las tres rayas estrechas justo después de los números. Ok. Joan, al tajo, ponte el casco y apunta bien. La táctica: entrar bajo y lento con algo de motor para que en cuanto corte gases el avión toque. Full flap, por supuesto. Estoy tranquilo, porque Joan es de los mejores pilotos de RV-6 que conozco. Tenemos 8 nudos por la izquierda, nada preocupante, y Joan no falla. Lo clava.

En corta final de la pista 07 de Reus

Salimos por la primera calle y yo relleno rápidamente la hoja de ruta con las distancias y las fotos identificadas. Empiezo a sospechar que no ha ido mal cuando Joan me dice que es la primera vez que identifica más de dos puntos intermedios... Bien, por lo menos no haremos el ridículo. Cuando aparcamos llega nuestro compañero Alfonso con otro RV-6 y comentamos la jugada. Hablamos de los puntos y la dificultad para encontrarlos. Bueno, por lo menos hemos hecho el recorrido sin perdernos.

Eso ya es un tanto cuando navegas en visual. Total, 1 hora y 18 minutos de vuelo y la media cumplida de unos 124 nudos (200 Km/h aprox.). Teniendo en cuenta que el crucero normal del RV es de 150 nudos, ha sido un vuelo tranquilo y relajado para el motor, que no para nosotros. En la cafetería, una espléndida mesa preparada para los participantes. Todo perfectamente organizado y una lástima no podernos quedar a comer, con la animación y el ambiente aeronáutico que se respira...

- Bueno Joan, ha sido divertido, nos vemos mañana, a lo mejor. ¿Vendrás esta tarde a ver cómo hemos quedado? 

- Igual si... a lo mejor vengo a tomar el café.

- Ok, pues ya me contarás.

Beeeeeep, beeeeep, beeeeeeepi,.... Arrrghhhh, el móvil.

Estoy en el sofá, medio traspuesto con la tele encendida y son las 4 de la tarde pasadas. Qué mal cuerpo... todavía no se me han pasado los efectos del globito. 

- ¿Sí? Que dices tío... ¿¿recoger la copa?? ¿que hemos ganado?

 - ¡Inmaaa, vamos para el Aeroclub! 

Y menuda copa. Preciosa.

Finalmente, agradecer a la organización del Real Aeroclub de Reus todo el esfuerzo y el sacrificio que siempre cuestan estos eventos y animarles a seguir en su línea de trabajo serio y profesional. Para los que lean esto, invitarlos a participar. Espero que mi ejemplo de piloto pardillo premiado os anime. Y sobre todo, agradecer a Joan su actuación, porque gran parte del mérito del premio es suyo.