En muchos escritos se describe a James Howard Kindelberger como una persona de gran energía y atractivo. Realmente se cree que fue el gran artífice del acuerdo logrado con los ingleses para no construir más P-40 y emprender la arriesgada aventura de producir un nuevo avión.
James Howard "Dutch" Kindelberger
James H. Kidelberger nació en Wheeling, Virginia, en 1895 y creció en la rivera del río Ohio, muy cerca de las fábricas de acero que operaban en la zona. Su familia era oriunda de Suiza, y quizás por ello fue educado en la disciplina y el trabajo duro. También es posible que el apodo utilizado por sus allegados ("Dutch", el holandés), tuviera que ver con su origen europeo.
Tras permanecer en la escuela secundaria durante un año, dejó ésta para ingresar en la fábrica de acero como aprendiz. Allí tomó la decisión de dedicarse al diseño y la delineación, e ingresó en la correspondiente escuela. Dos años más tarde era delineante en el Cuerpo de Ingenieros del Ejército.
En 1913, el piloto de exhibición Lincoln Beachey visitó las cercanías de Wheeling y ese fue el primer contacto de Kindelberger con la aviación. Parece ser que fue un encuentro que dejó huella, y después de cursar un año en el Instituto Tecnológico Carnegie, cuando Estados Unidos entró en la Primera Guerra Mundial, se alistó en la Sección de Aviación del Ejército. Completó su instrucción de tierra en el estado de Ohio y consiguió sus alas de piloto en Park Field, Memphis. La guerra acabó antes de que pudiera ser enviado a ultramar.
Después de la guerra Kindelberger ingresó en la pequeña compañía Glenn L. Martin, de Cleveland, como diseñador. Allí trabajó con tres de los futuros pioneros de la aviación americana: Donald Douglas, Glenn Martin y Larry Bell. Permaneció seis años aprendiendo y ganando una valiosa experiencia colaborando en los diseños de varios bombarderos. En 1925 se fue a Douglas Aircraft y en 1928 ascendió a vicepresidente de Ingeniería de la compañía. En Douglas desarrolló sus grandes dotes para el diseño y produjo 71 modelos diferentes para el ejército, la marina y de uso civil. Quizás su colaboración más lograda fue la que desembocó en los primeros modelos de la serie DC (Douglas Commercial), el DC-1 y el DC-2, precursores del mítico DC-3, del que se construirían más 10.000 para todo uso y algunos de los cuales todavía vuelan en nuestros días.
En 1934 se le ofrece la oportunidad de presidir la nueva North American Aviation y asume el reto llevándose con él a su amigo en Douglas, John Leeland Atwood. Kindelberger lideraría la compañía durante 26 años, en los que se gestaron muchos de los mejores aviones militares americanos de todas las épocas, conduciendo la compañía a la era del reactor y del espacio. North American produjo los motores del Saturno V, dentro del programa Apolo.
James Howard Kindelberger murió en 1962, dos años después de dejar la presidencia de North American a su amigo John L. Atwood. |