IDEA Y PREPARATIVOS
 
 
     
 

Avión: PA-28-160 Warrior
Fotos: DRamos & FPPrieto
Texto: Fernando Pérez Prieto

Sábado, 15 de Diciembre de 2007
Aeropuerto de Cuatro Vientos – Madrid

Nos reunimos en Cuatro Vientos con la maleta ya hecha y la sana intención de realizar un precioso viaje por Pirineo. La mañana es espectacular, el cielo limpio y un sol radiante, pero comprobamos que las previsiones meteorológicas por el Norte, para la vuelta del viaje, no son nada halagüeñas. Tras asegurarnos bien tenemos que tomar la dura decisión de cancelar los planes.

Torre de control del aeródromo de Cuatro Vientos (Madrid - España)

Este plan inicial y cancelarlo en el último momento marcarán el intenso ritmo de la aventura. La idea de Gibraltar surge de la nada y la abrazamos sin pensarlo dos veces. Sin planificación previa y sin tiempo que perder comienza la loca carrera a Gibraltar.

Es tarde, son las 13:00 h, en estas fechas el ocaso está a la vuelta de la esquina y hay muchas cosas que hacer, quizás demasiadas. Estos márgenes tan estrechos hacen del asunto algo incierto y estimulante, y desde ese momento no se nos borrará la sonrisa de la cara por lo que intentamos realizar y por la intriga de no saber hasta dónde llegaremos.

Todo apunta en contra pero nos ponemos manos a la obra y damos los primeros pasos. Iniciamos lo que acabará siendo una larga lista de llamadas telefónicas, unas para conseguir un teléfono que nos lleve al siguiente, y éste al siguiente, y así hasta que conseguimos hablar con responsables del Aeropuerto de Gibraltar, primero con Información del AP, luego Handling y finalmente con Torre de LXGB. Tras comentar nuestras intenciones con ellos y aclarar algunos detalles nos envían fax del impreso de solicitud de PPR. ¡Buena señal, estamos de enhorabuena, parece que nos permiten la entrada! El escepticismo inicial empieza a desaparecer sorprendidos ante los inesperados avances.

¡Vamos! ¡Ahora sí que empieza la carrera! Sacamos las manos de los bolsillos y nos ponemos a trabajar, rellenando formularios, planificando los siguientes pasos a dar, moviendo y removiendo a varias personas que nos ayudan de la manera más amable y eficiente. El plan suena novedoso, ¡Gibraltar! Y así vamos dando pasos y atando cabos “a muchos nudos”, siempre al galope.

El aeropuerto de Gibraltar se abrió a vuelos no ingleses hace un año y las fichas de este aeropuerto no son de las que se encuentran más a mano, no se trata de un campo español y por tanto en AENA no están publicadas. Las fichas de Jeppesen internacionales se pueden conseguir pero no tan fácilmente. Este es otro punto con prioridad, lo mantenemos en lo alto de la lista ¡hay que conseguirlas! Sigamos pensando...

Ahora ¿qué?, ¡hará falta pasaporte! Uno de nosotros lo lleva encima, pero nos falta el otro, que además no está en absoluto localizado. Hay que ir a por el y rezar por que aparezca. Salimos a toda prisa, veinte minutos de trayecto en coche. Llegamos, y a la carrera buscamos el pasaporte y, en internet, las fichas de Gibraltar. Las fichas se resisten pero el pasaporte aparece rápido. Respiramos con satisfacción y alivio pero sin tiempo para celebrarlo aparte de un choque de palmas. Desistimos de las fichas y salimos a la velocidad del rayo. ¡Vamos!

De nuevo en el coche de vuelta a Cuatro Vientos. Una vez allí alguien de una escuela nos consigue las fichas de Gibraltar, ¡Seguimos en racha!

La cosa marcha, hemos saltado los primeros obstáculos, ya nos han dicho que podemos entrar, hemos enviado la información solicitada, suponemos que la han recibido sin errores, faltas o fallos. Todos nos echaban una mano en pequeñas pero importantes cosas, ARO, la Guardia Civil, la gente del club ¡Gracias!

Aun con muchas cosas en la cabeza, medianamente ordenadas, hacemos el plan de vuelo. Son casi las 1500h. El ocaso está a las 1748h local. Dos horas y tres cuartos para atar cabos, repostar el avión y llegar a Córdoba, ni un minuto que perder, vamos muy justos y hemos hecho todo lo humanamente posible en tan poco tiempo, si queremos seguir en la aventura hay que salir ¡ya! Seguimos maquinando mientras nos movemos. Cogemos nuestros bártulos, el plumas fuera de la maleta, ¡recordemos que íbamos al Pirineo!, y nos dirigimos ya con el FPL aprobado a la avioneta, ¡paso ligero!

Comienza la aventura

Hay que repostar, de nuevo estamos de suerte, el camión está cuatro aviones más allá del nuestro, está el “jefe” a los mandos de la manguera, esperemos que tenga un buen día y nos reposte los siguientes. ¡Bien, tiene un buen día! Mientras se llenan los depósitos hacemos revisión exterior, salvo eléctricos, y vamos colocando el equipaje y ordenando la cabina para comenzar la aventura. No sabemos hasta donde llegaremos pero lo iremos averiguando sobre la marcha. Somos gente optimista. ¿¿El camino se hacen andando?? ¡¡Pues andando!!